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Terapia de quelación

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La terapia de quelación o terapia quelante es un procedimiento médico que implica la administración de agentes quelantes para la eliminación de metales pesados del cuerpo. La terapia de quelación tiene una larga historia de uso en toxicología clínica[1]​ y se mantiene en uso para algunos tratamientos médicos muy específicos, aunque es administrado bajo supervisión médica muy cuidadosa debido a diversos riesgos inherentes.[2]

La terapia de quelación debe ser administrada con precaución, ya que tiene una serie de posibles efectos secundarios, incluida la muerte.[3]​ En respuesta a la creciente utilización de la terapia de quelación como medicina alternativa y en circunstancias en las que la terapia no debe ser utilizada en la medicina convencional, varias organizaciones de salud han confirmado que las evidencias médicas no son compatibles con la eficacia de la terapia de quelación para cualquier propósito que no sea el tratamiento de la intoxicación por metales pesados.[3]​ Los productos de quelación de venta libre no están aprobados en los Estados Unidos.[4]

Uso en la medicina alternativa

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En medicina alternativa, algunos practicantes sostienen que la terapia de quelación puede tratar una variedad de enfermedades, incluido la insuficiencia cardíaca y el autismo.[5][6]​ El uso de la terapia de quelación para los trastornos de comportamiento y otras enfermedades es considerada pseudociencia; pues no hay ninguna prueba de que sea efectiva.[7]​ Además de ser ineficaces, la terapia de quelación previo a una prueba de metales pesados puede aumentar artificialmente las concentraciones de metales pesados en la orina (análisis de orina "provocado") y dar lugar a un tratamiento inadecuado e innecesario.[8]​ El Colegio Estadounidense de Médicos de Toxicología y la Academia Estadounidense de Toxicología Clínica advierten al público que los fármacos quelantes usados en la terapia de quelación pueden tener efectos secundarios graves, como daño hepático y renal, cambios en la presión arterial, alergias y en algunos casos incluso la muerte del paciente.[8]

Cáncer

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La Sociedad Estadounidense contra el Cáncer dice de la terapia de quelación: "La evidencia científica disponible no apoya las afirmaciones de que sea eficaz para el tratamiento de otras enfermedades como el cáncer. La terapia de quelación puede ser tóxica y tiene el potencial de causar daño a los riñones, latido irregular del corazón, e incluso la muerte".[3]

Enfermedades cardiovasculares

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El Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM) llevó a cabo un ensayo sobre la seguridad y eficacia de la terapia de quelación para los pacientes con enfermedad arterial coronaria.[9]​ La directora del NCCAM Stephen E. Straus citó el "uso generalizado de la terapia de quelación en lugar de terapias establecidas, la falta de investigación previa adecuada para verificar su seguridad y eficacia y el impacto global de la enfermedad arterial coronaria" como factores que motivaron la prueba clínica.[10]​ El estudio ha sido criticado por poco ético, innecesario y peligroso y que los múltiples estudios realizados anteriormente demostraron que el tratamiento no proporciona ningún beneficio.[2]​ En 2001, investigadores de la Universidad de Calgary informaron que los pacientes que recibieron terapia de quelación no tuvieron mejores resultados que aquellos que recibieron un tratamiento placebo.[11]

Autismo

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Quackwatch dice que el autismo es una de las enfermedades para las que la terapia de quelación ha sido falsamente promovida como eficaz y los practicantes falsifican diagnósticos de intoxicación por metales para "engañar" a los padres y sometan a sus hijos al proceso.[12]​ Para 2008, hasta el 7% de los niños con autismo[13]​ se había sometido a la terapia de quelación.[14]​ Los padres ya sea utilizan un tratamiento para la intoxicación por plomo, o compran suplementos no regulados, en particular el DMSA y el ácido lipoico.[14]Aspies For Freedom, una organización de derechos del autista, considera que este uso de la terapia de quelación es no ético y potencialmente peligroso.[15]​ Hay una fuerte evidencia epidemiológica que refuta los supuestos vínculos entre los desencadenantes ambientales, en particular vacunas con tiomersal, y la aparición de los síntomas autistas.[16][17][18][19]​ Hay poca o ninguna investigación científica fiable que apoye el uso de la terapia de quelación para el tratamiento eficaz del autismo.[6][13][20][21][22][23][24]

Referencias

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  1. «Chelation: Therapy or "Therapy"?». poison.org. National Capital Poison Center. 6 de mayo de 2013 [2010]. Consultado el 9 de octubre de 2013. 
  2. a b Atwood, K.C., IV; Woeckner, E.; Baratz, R.S.; Sampson, W.I. (2008). «Why the NIH Trial to Assess Chelation Therapy (TACT) should be abandoned». Medscape Journal of Medicine 10 (5): 115. PMC 2438277. PMID 18596934. 
  3. a b c «Chelation Therapy». American Cancer Society. 1 de noviembre de 2008. Archivado desde el original el 5 de julio de 2010. Consultado el 14 de septiembre de 2013. 
  4. Food and Drug Administration (FDA) (14 de octubre de 2010). «FDA issues warnings to marketers of unapproved ‘chelation’ products». 
  5. Ernst, E. (2000). «Chelation therapy for coronary heart disease: An overview of all clinical investigations». American Heart Journal 140 (1): 139-41. PMID 10874275. doi:10.1067/mhj.2000.107548. 
  6. a b Weber, W.; Newmark, S. (2007). «Complementary and alternative medical therapies for attention-deficit/hyperactivity disorder and autism». Pediatric Clinics of North America 54 (6): 983-1006. PMID 18061787. doi:10.1016/j.pcl.2007.09.006. 
  7. «Boy with autism dies during 'chelation therapy'». Behavior News. Behavior Analysis Association of Michigan. 30 de agosto de 2005. Archivado desde el original el 29 de noviembre de 2016. Consultado el 16 de agosto de 2015. 
  8. a b American College of Medical Toxicology; American Academy of Clinical Toxicology (February 2013), «Five Things Physicians and Patients Should Question», Choosing Wisely: an initiative of the ABIM Foundation (American College of Medical Toxicology and American Academy of Clinical Toxicology), consultado el 5 de diciembre de 2013 .
  9. «Trial to Assess Chelation Therapy (TACT)». ClinicalTrials.gov (ClinicalTrials.gov identifier NCT00044213). U.S. National Library of Medicine, National Institutes of Health, U.S. Dept. of Health and Human Services. agosto de 2013. 
  10. National Institutes of Health (NIH); National Center for Complementary and Alternative Medicine; National Heart, Lung, and Blood Institute (7 de agosto de 2002). «NIH Launches Large Clinical Trial on EDTA Chelation Therapy for Coronary Artery Disease». NIH News ((NIH)). Archivado desde el original el 28 de diciembre de 2014. Consultado el 16 de agosto de 2015. 
  11. Program to Assess Alternative Treatment Strategies to Achieve Cardiac Health (PATCH) Investigators; Knudtson, M.L.; Wyse, D.G.; Galbraith, P.D. et al. (2002). «Chelation therapy for ischemic heart disease: A randomized controlled trial». JAMA 287 (4): 481-6. PMID 11798370. doi:10.1001/jama.287.4.481. 
  12. «Why Chelation Therapy Should Be Avoided». Quackwatch. 15 de mayo de 2004. Consultado el 7 de octubre de 2013. 
  13. a b Davis, Tonya N.; O’Reilly, Mark; Kang, Soyeon; Lang, Russell et al. (2013). «Chelation treatment for autism spectrum disorders: A systematic review». Research in Autism Spectrum Disorders 7 (1): 49-55. doi:10.1016/j.rasd.2012.06.005. «However, given the significant methodological limitations of these studies, the research reviewed here does not support the use of chelation as a treatment for ASD». 
  14. a b Stokstad, E. (2008). «Stalled trial for autism highlights dilemma of alternative treatments». Science 321 (5887): 326. PMID 18635766. doi:10.1126/science.321.5887.326. 
  15. «Aspies For Freedom». Aspies For Freedom. Archivado desde el original el 17 de enero de 2010. Consultado el 24 de febrero de 2009. 
  16. Immunization Safety Review Committee, Board on Health Promotion and Disease Prevention, Institute of Medicine (2004). Immunization Safety Review: Vaccines and Autism. Washington, DC: The National Academies Press. ISBN 0309532752. 
  17. Doja, A.; Roberts, W. (2006). «Immunizations and autism: A review of the literature». Canadian Journal of Neurological Sciences 33 (4): 341-6. PMID 17168158. doi:10.1017/s031716710000528x. 
  18. Vaccine Safety Datalink Team; Thompson, W.W.; Price, C.; Goodson, B et al. (2007). «Early thimerosal exposure and neuropsychological outcomes at 7 to 10 years». New England Journal of Medicine 357 (13): 1281-92. PMID 17898097. doi:10.1056/NEJMoa071434. 
  19. Rutter, M. (2005). «Incidence of autism spectrum disorders: Changes over time and their meaning». Acta Paediatrica 94 (1): 2-15. PMID 15858952. doi:10.1111/j.1651-2227.2005.tb01779.x. 
  20. Blakeslee, Sandra (19 de mayo de 2004). «Panel finds no evidence to tie autism to vaccines». New York Times. Consultado el 1 de febrero de 2008. 
  21. Blaucok-Busch, E.; Amin, O.R.; Dessoki, H.H.; Rabah, T. (2012). «Efficacy of DMSA therapy in a sample of Arab children with autistic spectrum disorder». Mædica 7 (3): 214-21. PMC 3566884. PMID 23400264. 
  22. Adams, J.B.; Baral, M.; Geis, E.; Mitchell, J. et al. (2009). «Safety and efficacy of oral DMSA therapy for children with autism spectrum disorders: Part B - Behavioral results». BMC Clinical Pharmacology 9: 17. PMC 2770991. PMID 19852790. doi:10.1186/1472-6904-9-17. 
  23. Adams, J.B.; Baral, M.; Geis, E.; Mitchell, J. et al. (2009). «The severity of autism is associated with toxic metal body burden and red blood cell glutathione levels». Journal of Toxicology 2009: 532640. PMC 2809421. PMID 20107587. doi:10.1155/2009/532640. 
  24. Adams, J.B.; Baral, M.; Geis, E.; Mitchell, J. et al. (2009). «Safety and efficacy of oral DMSA therapy for children with autism spectrum disorders: Part A - Medical results». BMC Clinical Pharmacology 9: 16. PMC 2774660. PMID 19852789. doi:10.1186/1472-6904-9-16.